PREPARACIÓN (antes de iniciar el movimiento de la tabla):
0. POSICIÓN
Pies paralelos (separados, midiendo desde su parte exterior, aproximadamente la anchura de los hombros), piernas extendidas (las rodillas apuntan al segundo dedo de su pie), caderas y hombros perpendiculares a la dirección de nuestra mirada, la cual se dirigirá al horizonte.
1. RELAJAR
Empezando por los pelos de la cabeza, vamos descendiendo y tomamos conciencia de cada parte con la que nos encontramos, sintiendo como todas las tensiones, a las que vamos saludando, se deshacen. Los hombros caen, la caja torácica se expande hacia abajo, las zona abdominal se inserta y descansa en el interior del recipiente que forma la pelvis, las rodillas se desbloquean levemente y dejan que la planta de los pies reciban todas estas tensiones y las transmitan al suelo.
2. INSPIRAR
Ya tenemos todas las tensiones fuera de nuestro cuerpo, pero ha quedado vacío, volvemos a centrarnos en la planta de los pies, pero el proceso se invierte, son los pies los que ahora absorben la energía positiva que nos ofrece la tierra. Vamos notando, sin dejar de relajar y manteniendo lo conseguido en el punto 1, como esa energía asciende lentamente, pasando por todo nuestro cuerpo hasta llegar a la punta de los pelos de la cabeza. Nuestro cuerpo se ha vuelto a llenar, ahora está preparado para empezar a ejecutar los movimientos.
3. DURACIÓN
No nos vamos a fijar un tiempo determinado, la duración será la necesaria para que se produzca este intercambio de energías. Aunque si estamos practicando en grupo, es necesario que todos los participantes se adapten entre ellos para conseguir una práctica más armónica.
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