En el paseo, los árboles con esa sombra improcedente, que solo sirve para refrescar la tapia coronada por una verja metálica. Se ven pasar, 1, 2, 3 ...vehículos, que no pueden pararse a pensar, arriba y abajo, uno pegado al otro, cual procesionaria intentando llegar quién sabe dónde.
Sobre los árboles, amalgamas de hormigón y otros materiales que asoman desafiantes gritando: ¡ Somos los dueños!, quisieron tocar el cielo y se olvidaron que la tierra es la que los sustenta.
Una imagen triste, apagada, sorbiendo cada gramo de oxígeno, encarcelada en su propio cuerpo, abriendo y cerrando, dejando pasar el tiempo.
Y esas rayas por las que uno puede circular, sin pisar. Esperamos compañía y ... nos lanzamos, sabiendo que en el otro lado, todos juntos volveremos a retomar el camino, la esperanza, el sentido.
Acarician el poste; Los postes metálicos, ya calientes por el sol: 1, 2, 3 ... miles de ellos nos indican el sentido, la prohibición, la obligatoreidad; Haz esto, no hagas lo otro, ves en esa dirección; Sentido y orden, que sino no podemos controlaros, acaricias el poste y está frío, la noche ha caido y necesitas guantes para saborear el calor de una condición.
Albert
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